ANGEL FELICISIMO ROJAS
ESCRITOR Y CRITICO.- Nació en el anejo rural de "El Plateado", parroquia de San Sebastián, Cantón Loja, el día 31 de Diciembre de 1.909 y fueron sus padres el Dr. Ángel Rubén Ojeda Torres, abogado considerado el mejor orador de su tiempo en Loja y la profesora Filomena Rojas Solís, maestra rural del lugar, que le enseñó a leer entre sus alumnos indios y cholitos. "Yo correteaba por esos tiempos con los cholitos y los indios por los potreros, por las charcas, por los cañizales..."
De seis años pasó con
su madre a residir en la escuela rural de Vilcabamba cerca de Yangana, luego
viajó a Loja a estudiar en la escuela de los Hermanos Cristianos donde
permaneció un año solamente, terminando la primaria en el Instituto
"Miguel Riofrío". Para ayudarse trabajaba ciertas tardes en la
imprenta de Pablo Vélez y de once años ingresó al "Bernardo
Valdivieso" donde siguió la secundaria, obteniendo el premio "Alvarez
Eguiguren", consistente en Medalla de Oro y Honores, por ser el mejor
alumno del plantel.
Su tío abuelo Agustín
Rojas Ocampo era propietario de varias fincas en el Valle de Malacatos,
destinadas a la elaboración de alcohol. Era bonachon y en las vacaciones
anuales recibía a su hermana y sobrino a quienes trataba con mucho cariño y
cortesía; sin embrgo, porque su padre no veía por él, el joven Angel Felicísimo
trabajaba en la imprenta "El Heraldo" de propiedad del dirigente
conservador Dr. Clotario Maldonado Paz, por cinco sucres a la semana, como
tipógrafo.
De esta época arrancó
su afición a contar cuentos, adquirida de su abuela materna Gertrudis Ocampo
Rojas, quien solía reunir por las tardes a eso de las seis, a un numeroso grupo
de chicuelos del vecindario, entreteniéndolos con cuentos tomados de las Mil y
una noches y hasta con relatos de aparecidos, pero esto solo como plato fuerte;
y como todo lo contaba con gracia, obtenía repetidos éxitos entre su joven
auditorio. En varias ocasiones ella mencionó que su madre Justa Rojas, a quien
tenía por santa debido a la dulzura de su carácter y a sus sacrificios en bien
del prójimo, también contaba bellísimos cuentos, de los llamados moralizantes;
de donde se desprende que esta actitud les vino a todos de Doña Justa, la
bisabuela (1).
En 1.925 y de solo
quince años ingresó al Partido Socialista de Loja cuyo director era Ignacio
Jaramillo y tuvo una activa militancia en la organización de Cooperativas y en
política lugareña (2).
En el conocimiento de
la literatura se inició gracias a la ayuda que a todos prestaba Carlos Manuel
Espinosa, suscitador de las letras lojanas, quien importaba libros de España
para venderlos al costo y en cómodas cuotas de pago. Después colaboró en la
revista "Hontanar" de propiedad de Espinosa y es considerada un
clásico en su género.
Entre 1.928 y el 34
dictó clases de castellano en el ler. curso del "Bernardo Valdivieso"
con S/300 mensuales de sueldo y logró ahorrar algo. Entonces comenzó a escribir
su novela "Banca"; que tiene tanto de autobiográfica, pero luego la
abandonó por varios años y recién la concluyó entre 1.938 y el 40.
(1) Filomena Rojas
Solís era hija de un agricultor colombiano de raza blanca y apellido Solís,
llegado hacia 1.884 desde Buga, en el valle del Cauca a explotar la cascarilla
en Loja. Filomena era hija de Gertrudis Rojas Ocampo, que a su vez era jija de
Justa Rojas Alvarez, hija de N. Alvarez, sacerdote en Loja y de N. Rojas,
campesina de raza blanca en el Valle de Malacatos.
(2) Después trabajaría a nivel nacional hasta que cansado de las luchas Internas que atomizaron al socialismo en la década de los años 50, renunció para no verse envuelto en pugnas domésticas; aunque ciertamente su renuncia coincidió con varios cambios que experimentó en su vida profesional, económica y afectiva; se unió al grupo Encalada de El Oro, grandes propietarios agrícolas y ganaderos dedicados especialmente a la siembra de tierras, se divorció de su esposa y contrajo otro matrimonio.
En 1.931 se matriculó en leyes y hasta dirigió la "Revista Universitaria de Loja" que convirtió en una de las mejores de su clase en el Ecuador, formando con Eduardo Moreno Mora, Clodoveo Jaramillo Alvarado y Manuel Agustín Aguirre la promoción lojana de esos años. En dicha revista fueron apareciendo algunos relatos o cuentos cortos suyos como: "Moscas y mosquitos" y "Cuentos del trópico" en 1.931. "Pata al Suelo" en 1.932 y "Un idilio Bobo" en 1.934 que le dió justa fama como escritor y que subtituló irónicamente "Historia de un perro que se enamoró de la luna" y relata la ilusión meramente platónica de un indio por una norteamericana inalcanzable.
(2) Después trabajaría a nivel nacional hasta que cansado de las luchas Internas que atomizaron al socialismo en la década de los años 50, renunció para no verse envuelto en pugnas domésticas; aunque ciertamente su renuncia coincidió con varios cambios que experimentó en su vida profesional, económica y afectiva; se unió al grupo Encalada de El Oro, grandes propietarios agrícolas y ganaderos dedicados especialmente a la siembra de tierras, se divorció de su esposa y contrajo otro matrimonio.
En 1.931 se matriculó en leyes y hasta dirigió la "Revista Universitaria de Loja" que convirtió en una de las mejores de su clase en el Ecuador, formando con Eduardo Moreno Mora, Clodoveo Jaramillo Alvarado y Manuel Agustín Aguirre la promoción lojana de esos años. En dicha revista fueron apareciendo algunos relatos o cuentos cortos suyos como: "Moscas y mosquitos" y "Cuentos del trópico" en 1.931. "Pata al Suelo" en 1.932 y "Un idilio Bobo" en 1.934 que le dió justa fama como escritor y que subtituló irónicamente "Historia de un perro que se enamoró de la luna" y relata la ilusión meramente platónica de un indio por una norteamericana inalcanzable.
En 1.934 viajó a
Quito a proseguir su carrera de jurisprudencia, allí estrechó lazos de amistad
con Pablo Palacio y con los hermanos Alfredo y José Miguel Mora Reyes y editó
la revista "Bloques", que tanta importancia cobró en esa década para
el desarrollo de las ideas políticosociales del país.
En 1.935 fué llamado
a Guayaquil por Rigoberto Ortíz Bermeo recién designado Rector del
"Vicente Rocafuerte", para enseñar con S/.450 mensuales de sueldo,
renunciando en 1.937 cuando la dictadura del Ing. Páez persiguió a los
profesores izquierdistas. De allí pasó a trabajar al estudio profesional de su
amigo el Dr. José de la Cuadra, con quien mantenía nexos de creación literaria
y militancia política, hasta que de la Cuadra colaboró con la siguiente
dictadura, del General Alberto Enríquez Gallo, meses después.
En 1.939 enseñó en el
Normal "Rita Lecumberry". "Para entonces estaba incorporando el
grupo de novelistas de Guayaquil por medio de Enrique Gil Gilbert y tenía varios
apuntes para una novela, especie de boceto solamente; sin embargo sus amigos le
insinuaron que la terminara y así nació "El Exodo de Yangana" en
1.940; aunque por causas económicas solo se publicó nueve años después.
En 1.940 publicó
"Banca", novela escolar, en 296 págs. en la imprenta de Leopoldo
Fernández en Quito, que salió incompleta porque varios capítulos se habían
extraviado cuando loa mandó a Buenos Aires a ver si allí alguien se interesaba
por ella. La edición resultó plagada de errores tipográficos y la retiró de
circulación, salvándose algunos ejemplares en bibliotecas públicas. Una segunda
salió en Loja en 1.981 por cuenta del Colegio "Bernardo Valdivieso",
mas, dada la incomunicación intelectual de que adolece el país, sobretodo en
materia bibliográfica, es difícil hallarla fuera de esa provincia.
Mientras tanto
formaba parte del grupo de "Escritores y Artistas independientes" y
dió vuelo a su romántico y gran corazón al casar con la bellísima Alba Celeste
Rivas Nevarez. Varios episodios de esa época han sido recogidos por Alfredo
Pareja Diezcanseco en la novela "El aire y Los recuerdos", aunque a
raíz del sensible fallecimiento de ella, intensificó su vida política en el
partido Socialista. En 1.941 trató que el Presidente Arroyo del Río se reconcilie
con la oposición para formar un frente común y rechazar la agresión armada del
Perú, pero esos esfuerzo fueron vanos, cayó detenido en la pesquisa y fué
enviado al panóptico en Diciembre. Del penal salió en marzo del 42 sin motivo,
solamente en razón del abuso que el poder ejecutivo hacía de las facultades
extraordinarias recibidas del Congreso. Durante ese tiempo escribió
"Curipamba", novela de carácter social cuya acción se desarrolla en
el campo minero de Portovelo. Ese año editó "Consideraciones sobre el
significado de la novela La Isla Virgen" juicio sobre esa obra en 16 págs.
que le llevaría a la crítica seria de nuestra literatura, para la que esta muy
bien dotado.
Entre 1.943 y el 44
escribió sin publicar e hizo política de oposición al gobierno del Presidente
Arroyo del Río. Con el triunfo de la revolución del 28 de Mayo de 1.944 ejerció
la secretaría de "Acción Democrática Ecuatoriana" (A.D.E.) y fué
designado Controlador General de la República, haciendo célebre en el país la frase:
"Donde se pone el dedo salta la pus" que sintetizó el trasfondo de
una época rica en peculados.
Después de la dictadura absurda del 30 de Marzo de 1.946 se distanció del Gobierno de Velasco Ibarra, renunció la Contraloría, se reintegró al ejercicio profesional en Quito y al desempeño de la Cátedra de "Cuestiones Económicas Ecuatorianas" en la Universidad Central; en 1.947 regresó a Guayaquil porque no se acostumbraba al clima frío y se dió tiempo para escribir un "Estudio sobre la novela Ecuatoriana", obra de crítica seria en 210 págs. que publicó en 1.948 en el Fondo de Cultura Económica de la Colección "Tierra Firme" de México y que está considerada el ensayo crítico más importante de su clase, junto con la Ojeada histórico crítica sobre la poesía Ecuatoriana desde su época más remota hasta nuestros días de Juan León Mera la Historia de la Literatura Ecuatoriana de Isaac J. Barrera y los Cien Prólogos de Hernán Rodríguez Castelo editados por Clásicos Ariel.
Después de la dictadura absurda del 30 de Marzo de 1.946 se distanció del Gobierno de Velasco Ibarra, renunció la Contraloría, se reintegró al ejercicio profesional en Quito y al desempeño de la Cátedra de "Cuestiones Económicas Ecuatorianas" en la Universidad Central; en 1.947 regresó a Guayaquil porque no se acostumbraba al clima frío y se dió tiempo para escribir un "Estudio sobre la novela Ecuatoriana", obra de crítica seria en 210 págs. que publicó en 1.948 en el Fondo de Cultura Económica de la Colección "Tierra Firme" de México y que está considerada el ensayo crítico más importante de su clase, junto con la Ojeada histórico crítica sobre la poesía Ecuatoriana desde su época más remota hasta nuestros días de Juan León Mera la Historia de la Literatura Ecuatoriana de Isaac J. Barrera y los Cien Prólogos de Hernán Rodríguez Castelo editados por Clásicos Ariel.
El Dr. José Miguel
García Moreno, rector de la Universidad de Guayaquil, lo designó profesor de
Economía Política. El 48 el Presidente Galo Plaza le propuso el Ministerio de
Economía, que rechazó por la viva repulsión que siente por el quehacer público
y sus inmoralidades. En 1.949 la Editorial Lozada de Buenos Aires editó
"El Exodo de Yangana", epopeya de todo un pueblo, de la lojanidad;
considerada la mayor novela de su tiempo por la cantidad y calidad de sus
personajes, suntuosidad idiomática en sus descripciones, intensidad y
profundidad psicológica de las situaciones creadas y desenlace final que la
convierte en una saga. Una segunda edición apareció en los tomos 12 y 13 de
"Clásicos Ariel" y la tercera en el fondo del "Círculo de
Lectores". Ese fue el momento cumbre pues no ha vuelto a publicar. También
fue de esa época el inicio, como ya se dijo, de su colaboración con varios
grupos bananeros de El Oro y como agricultor independiente en las zonas de El
Oro y Los Ríos.
En 1.968 y tras
veinte años ininterrumpidos renunció su cátedra en la Universidad de Guayaquil,
por no estar de acuerdo con la supresión de los exámenes de ingreso. En 1.979
la Municipalidad de Loja lo declaró "El mejor ciudadano" y la
Academia de la Lengua lo llamó a su seno. Se encontraba preparando la
terminación de dos novelas tituladas "Agricultores de escritorio" y
"Una tipa llamada Marcela" y dos cuentos "El Busto de Doña
Leonor" con cuentos de diversas épocas, que finalmente sacó en 1.998 con
vivencias y anécdotas y "El Trompo de Gabriel". En 1.983 publicó su
novela “Curipamba” en 426 pags.
Rodríguez Castelo ha
escrito que "en los últimos años una muy prestigiada actividad ha apartado
a Angel Felicísimo Rojas de la creación literaria, pero su condición dista
mucho de ser la del hombre satisfecho por los éxitos conseguidos y la sólida situación
granjeada y a quien lo trata en hondura se le antoja mas bien la del exiliado
que mira con nostalgia los días en que entregaba lo mejor de su ser a crear
figuras grandes de su epopeya y las deliciosas situaciones de sus
cuentos".
Dedicado al periodismo
desde 1.978, mantuvo una columna semanal en El Universo de Guayaquil y El
Comercio de Quito.
Agnóstico en
religión. En 1.997 recibió el Premio Eugenio Espejo. El 2.002 el gobierno
ecuatoriano le entregó la Orden Nacional al Mérito. El 2.003 experimentó el
comienzo del fin, un cáncerle fue minando lentamente. Su hermana Enriqueta le
fue a hacer compañía, la tarde del 19 de Julio, mientras conversaba en la sala
de su casa se sintió agotado y dijo “Voy a mi cuarto a descanzar”, falleció
casi enseguida sin mortificaciones ni dolores. Tenía 93 años de edad.
Alto, viril, piel
canela, calvicie pronunciada, usaba sombrero de paja, hablaba con aplomo,
reposadamente, un rico castellano, bien modulado y correctísimo. Si hubiera
sido ambicioso habría escalado las más altas cumbres políticas, pero nunca lo
fué por sus sólidos principios que le impidieron mercar en el dédalo de las
influencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario